Las 6 preguntas más habituales en una entrevista de trabajo y cómo responderlas

1. La pregunta estrella: háblame de ti

Suele ser una de las primeras preguntas que surgen en una entrevista de empleo, ya que ayuda a romper el hielo y permite a tu entrevistador conocerte un poco mejor.

¿Qué evitar?

No hagas un repaso exhaustivo de tu CV. En la empresa ya han visto tu perfil y te han llamado porque les interesas, así que no es el momento de recitar un listado, sino de presentarte.

¿Qué responder?

La mejor opción es que plantees la respuesta como una historia inspiradora:

  • Resume tu vida con toques personales y destaca los pasos más importantes que has dado: dónde has vivido, por qué te formaste en tu especialidad o por qué empezaste a trabajar donde lo hiciste.
  • Añade algún detalle de las posiciones más importantes que has ocupado en tu carrera y un par de logros que encajen con lo que se pide en el puesto al que aspiras.
  • Acaba diciendo que estas son tus habilidades, que esta es tu experiencia y que por eso estás aquí: porque crees que encajas en este trabajo y en esta compañía, así darás más coherencia a tu discurso.

Y si no te sientes del todo seguro, grábate antes practicando esta respuesta. Es la historia de tu vida y nadie la conoce mejor que tú.

2. La pregunta trampa: tus debilidades

Antes de responder, plantéate por qué tu interlocutor te está haciendo esta pregunta. Probablemente, lo que más le interesa no son tus debilidades concretas, sino comprobar si quieres mostrarte abierto, honesto y sincero en esta conversación: verificar si tienes algo que esconder y si te sientes a gusto con cómo eres en todos los aspectos de tu personalidad.

¿Qué evitar?

  • Lo que nunca deberías hacer es decir que no tienes ninguna debilidad o que no se te ocurre nada, ya que darás a entender que no te has preparado adecuadamente.
  • Tampoco camufles una debilidad en forma de fortaleza, como decir que estás muy “enfocado en el detalle”. Eso solo demuestra que quieres salir airoso con algo que te hace quedar bien, cuando lo que la empresa quiere comprobar es que eres humano.
  • Intenta no destacar como debilidad ninguna de las habilidades clave para la posición que se ofrece, simplemente escoge otra que no te perjudique. Y evita hacer una lista interminable de cosas que se te ocurran para mostrarte muy transparente.

¿Qué responder?

Lo más efectivo es que escojas una o dos debilidades y las expliques bien:

  • Enúnciala y da un contexto: dónde sucede, cuándo y qué consecuencias tiene un tu trabajo.
  • Explica qué estás haciendo para superarla y qué resultados estás teniendo.
  • Y deja claro que, a pesar de tus esfuerzos, aún tienes mucho camino por delante para seguir mejorando.

3. La pregunta incómoda: tus expectativas salariales

Nunca acudas a una entrevista sin conocer de antemano el mercado y el valor que tiene tu perfil en ese puesto específico y en ese sector. Hoy en día tienes multitud de herramientas para averiguarlo, pero, si lo necesitas, también puedes contactar a personas que trabajen en esa compañía.

¿Qué evitar?

De entrada, procura evitar la pregunta en las primeras rondas del proceso de selección. ¿Cómo?

  • Deja clara tu afinidad con la compañía, tu interés en la posición y tu conexión con los valores de la empresa, pero argumenta que aún necesitas saber más sobre el proyecto, el equipo y las responsabilidades que tendrás.
  • Razona que en las últimas etapas ya estarás en una posición más adecuada para dar una cifra exacta.

¿Qué responder?

Cuando llegue el momento, huye de los rangos salariales:

  • Si planteas una horquilla, ya sabes qué parte va a escoger la empresa: ellos solo escucharán la inferior y tú te irás decepcionado.
  • Para proponer un número concreto, piensa en un sueldo con el que te sientas a gusto y añádele entre un 5% y un 10%.

4. La pregunta práctica: ¿por qué te interesa esta posición?

Si estás aplicando a una posición pensando que en dos o tres años aspirarás a un puesto superior, puedes tener desventaja respecto a aquellos candidatos que desean este empleo con verdadera pasión.

Para no transmitir que estás en un mero trámite de tu trayectoria profesional, piensa que, si aspiras a este trabajo en este momento de tu carrera, es porque necesitas aprender algo de esta nueva experiencia y que, por tanto, es el mejor lugar en el que puedes estar hoypara pasar al siguiente nivel.

5. La pregunta abierta: ¿y tú, quieres preguntar algo?

Esta pregunta suele venir hacia el final de la conversación, cuando ya has tenido cierto margen para ver cómo es la persona que tienes delante:

  • Si es alguien a quien le gusta hablar, pregúntale sobre su propia experiencia: “por qué viniste a esta empresa” o “qué es lo que más te gusta de trabajar aquí” te darán una visión más cualitativa de la compañía y te ayudarán a crear una buena conexión con tu interlocutor.
  • En cambio, si tienes delante a alguien más analítico o introvertido, plantéale cuestiones más prácticas. Para que no te quedes en blanco, ahí van algunas ideas:
    • ¿Por qué está abierta esta posición?
    • ¿Cómo se valorará mi rendimiento?
    • ¿Qué esperáis que consiga la persona en este puesto durante los próximos seis meses?
    • ¿Qué objetivos tiene la compañía para los próximos cinco años?
    • ¿Cómo es el proceso de bienvenida de los nuevos empleados?

6. La pregunta inesperada: cuando te quedas en blanco

Por mucho que hayas practicado, a veces ocurre. Te quedas en blanco en el momento más inesperado, buscando una información en tu mente que no aparece o simplemente sin ideas sobre qué decir.

Lo mejor que puedes hacer en estos casos es tomarte una pequeña pausa y darte un respiro. No llenes el silencio con lo primero que se te venga a la cabeza. Aguanta y piensa durante cinco o 10 segundos, está perfecto. Y usa ese tiempo para construir una respuesta breve y esquemática.

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